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Tipos y clases de whisky

A nosotros, los seres humanos, nos gusta aparentar que atesoramos montañas de conocimiento. Aunque en una gran parte de las ocasiones nuestra información sobre un tema sea parcial, ínfima e incluso mal contrastada, alzamos nuestra voz para hacer ver al resto de los mortales que somos expertos en ello, que nuestra opinión debe ser escrita en piedra y que a nadie más hay que hacer caso excepto a nosotros. Cualquiera de nosotros agradece ser tomado por un ilustre foco de sabiduría.

Sin embargo, como decimos, esto rara vez es cierto, y menos en el ámbito de la bebida. Podemos conocer algún tipo de ron, de cerveza o de whisky, lanzar al aire dos o tres características suyas, recomendar alguna marca que nos haya gustado o hayamos escuchado en algún sitio, e incluso sorprender a nuestros oyentes con algunas pinceladas de la historia de ese elixir tan especial. Pero nada más. La mayoría de nosotros somos incapaces de formar un todo completo que nos haga merecedores del título de Maestro Destilador de la bebida de la que hablamos. Y para remediar esto aquí estamos desde Yo pongo el hielo, que en esta ocasión ofrecemos un curso avanzado sobre el whisky, desde sus inicios hasta qué variedades existen en el mundo. ¡Bienvenidos!

 

El protagonismo de las Islas

Sucede con la gran mayoría de bebidas que tienen un largo pasado, y por supuesto el whisky no podía ser distinto. Hablamos de la falta de certeza sobre sus orígenes. En el caso de la bebida que nos ocupa ahora se habla del Antiguo Egipto como uno de los principios, ya que se han encontrado en excavaciones arqueológicas certezas de la destilación de grano, aunque sus fines eran para realizar perfumes. Existen más teorías, como la de la llegada desde China a Mesopotomia, pero lo cierto es que en la Antigüedad era más apreciado el vino que otros tipos de bebida, y sus inicios hasta la bebida que conocemos hoy en día hay que situarlo en la Edad Media, donde en un escrito de 1494 se refleja como un fraile escocés recibió 8 fanegas de malta para fabricar agua de vida, como era conocido el whisky en aquella época. Este nombre era debido al uso medicinal que se le daba a la bebida, que era recomendado por los expertos para prolongar la vida, mantener la salud, la viruela, la parálisis o el alivio de cólicos, entre otras muchas enfermedades.

De esta manera, fue en las Islas Británicas donde la historia del whisky comenzó a tomar forma, gracias en su gran parte a los monjes que destilaban el grano en los monasterios que se cree adquirieron sus conocimientos de la mano de los monjes celtas que llegaron a Escocia e Irlanda en el siglo XI, y por otra parte debido al clima, que impedía la fabricación de vino y el auge de bebidas como cerveza o la que nos ocupa. Ya en el siglo XVI, bajo el reinado de Enrique VIII y con el éxito de la bebida por las nubes, el monarca decidió cerrar los monasterios, y dejar a sus habitantes a la deriva sin lugar donde fabricar su “pócima mágica”. Sin embargo, lejos de desanimarse, los devotos sirvientes de Dios se disgregaron por Escocia, provocando que en todas las zonas del país se elaborara whisky y dando forma al gigante con el que nos encontramos hoy en día.

 

El proceso de elaboración

Aunque el proceso de elaboración del whisky no es exactamente igual para todos los que se elaboran en el mundo, lo cierto es que la gran mayoría comparten procedimiento, y de éste es del que vamos a hablar nosotros para que luego puedas dejar anonadados a tus amigos y amigas.

Todo comienza con una excelente materia prima, es decir, seleccionando el mejor grano de cereal, ya sea cebada, maíz o cualquier otro tipo para convertirlo en malta tras el proceso de germinado y secado. Esto consiste, en primer lugar, en remojado durante varios días en agua y dejado reposar en recipientes especiales germinando, donde se obtiene el azúcar que posteriormente se convertirá en alcohol. A continuación, este grano se introduce en hornos donde se seca con ayuda de aire caliente o humo de turba, tostando el cereal durante aproximadamente tres días hasta que alcance el nivel que se desea por parte del productor.

A continuación, tiene lugar la fermentación, que se traduce en introducir el cereal en agua caliente, añadiendo al mosto resultante (wort) las levaduras, y dejando fermentar para que se transforme el azúcar en alcohol. Posteriormente se lleva a cabo la destilación en alambiques, realizándose el proceso dos veces: la primera obteniendo un líquido conocido como low wine, y la segunda un whisky de entre 60 y 70 grados. Por último, este whisky es llevado a barricas, donde dependiendo de cada destilería utiliza unas u otras para conferir el sabor que desean hacer llegar al consumidor.

 

Tipos de whisky

En función de los años que pasan en el barril envejeciendo, de lo que contenían antes estos barriles (vino de Oporto, jerez, bourbon), del país en que se elabora… Varias son las catalogaciones que se pueden dar al whisky, y en Yo pongo el hielo vamos comenzar con la diferenciación entre la composición que ostentan:

 

Whisky de malta

Hablamos de whisky de malta cuando está compuesto únicamente por cebada malteada, que se destila en alambiques de cobre con forma de cebolla. Atendiendo a esta tipología, encontramos dos variedades:

Single malt

Elaborado con cebada malteada en una única destilería. Este whisky se conoce con el nombre de la destilería, y a no ser que se especifique como single cask, contiene mezclas de diversos barriles.

Vatted Malt

Se trata de una mezcla de whiskys de diversas destilerías, pero sólo de cebada malteada.

 

Whisky de grano

Elaborado (generalmente) con cebada sin maltear, maíz u otro tipo de cereal. Se destila generalmente en alambique de destilación continua o en columnas.

 

Blended whisky

Mezcla de los dos anteriores. Debido a la presencia de las columnas de destilación, una gran parte de los productores decidieron mezclar sus whiskys de malta fuertes con algunos más suaves de grano, obteniendo un producto importante a precios asequibles.

 

Cada país y su whisky

Como decíamos, otra forma de clasificar al whisky es en función de su país de origen. Cada nación tiene instauradas unas reglas obligatorias o unas directrices para diferenciar su producto del resto de competidores, que son las que comentamos a continuación. Es importante señalar que esta clasificación no está reñida con la anterior, ya que cada uno de los whiskys, ya sean escoceses o japoneses, pueden a su vez clasificarse en función de su composición:

 

Whisky escocés

La cuna mundial del whisky. El destilado de Escocia es probablemente el más reconocido del mundo, y se rige conforme a los estándares de la Orden del Whisky Escocés de 1990. Entre otras cosas, esta dicta que debe ser añejado exclusivamente en Escocia, con agua y cebada malteada con un grado de 94’8 de alcohol, envejecer en barricas de roble por un período mínimo de tres años y no contener sustancias adicionales que no sean agua o caramelo.

 

Whisky irlandés

Elaborado a base de cebada y con triple destilación, su proceso de elaboración es similar al del escocés, difiriendo en los años mínimos de envejecimiento en barril, que en su caso deben ser siete, cuatro más que el de Escocia. Además, de la misma forma que el estadounidense, este se conoce como whiskey, en lugar de whisky.

 

Whisky canadiense

Más suave y ligero que el resto de competidores. El brebaje de Canadá se caracteriza por ser elaborado exclusivamente en el país, a base de maíz y centeno, y en alambiques que permitan un gran control del producto. Además, es envejecido en barricas de roble durante un período mínimo de tres años.

 

Whisky estadounidense

Con fuertes influencias irlandesas, debido a la emigración de estos últimos más allá del Atlántico, se nombra también con la letra “e”. Existen a su vez tres principales variedades del whiskey “yanqui”:

Bourbon

Debe tener un mínimo de 51% de maíz y ser destilado y envejecido en Kentucky para que la palabra bourbon aparezca en su etiqueta. Sin embargo, puede ser elaborado legalmente en cualquier parte del país, a pesar del prestigio que conlleva hacerlo en esta zona de Estados Unidos. Aunque para su envejecimiento no hay período mínimo legal, si la bebida ha sido envejecida durante menos de dos años debe reflejarlo en su etiqueta.En términos generales, los bourbon son envejecidos entre cuatro y cinco años en barricas de roble nuevas o previamente tostadas.

Rye whiskey

Mínimo de 51% de centeno.

Corn whiskey

Mínimo de 80% de maíz.

Tennessee whiskey

A pesar de que no existe una ley concreta que regule sus características, es también una de las variedades más reconocidas tanto en el país como más allá de sus fronteras. Su método de elaboración es similar al del bourbon, con la diferencia sustancial de que es filtrado en carbón de arce sacarino, variando su textura y sabor. La marca más conocida es Jack Daniel’s.

 

Whisky japonés

Aunque durante años no haya estado muy reconocido, lo cierto es que el whisky japonés es uno de los más destacados del mundo y así está viéndose reflejado en los últimos tiempos. Utilizando un método similar al escocés, se caracteriza por un cuerpo y sabor potente y único.

 

Whisky galés

Al igual que sus compañeros de Islas, el whisky galés cuenta en su haber con una larga historia que se remonta a la Edad Media a pesar de su escasa repercusión en el mundo, hecho que se está cambiando en los últimos años. Destaca la Destilería Penderyn, con un método de destilación único a partir de un alambique creado y patentado por David Faraday.

 

Whisky español

En España país no existe una receta única para la elaboración de nuestro whisky, por lo que encontramos caldos que envejecen más o menos años, en barricas de oporto, jerez o bourbon… Sin embargo, si contamos con productos de una calidad suprema, como son los casos de DYC 8 años, con notas a frutos secos y miel; o Embrujo de Granada, con notas a vainilla.

Whisky, un placer auténtico del que disfrutar

Porque una copa de un buen whisky siempre deja huella. No en vano también se conoce al whisky como “el agua de los dioses”. Sabor y aroma siempre han acompañado a una bebida mítica y rodeada de leyenda.

Has visto a infinidad de personajes de películas disfrutando de su whisky “on the rocks” o en su combinado  preferido y todos ellos no pueden estar equivocados. Además, el whisky es una bebida que sabe mejor al paladar conforme pruebas diferentes clases y marcas y aprendes a diferenciar sus distintos sabores y matices.

Composición del Whisky

El whisky se consigue mezclando agua con cebada que se maltea. Tras ello, se destila y se deja fermentar durante dos años como mínimo, envejeciendo y adquiriendo los diferentes matices según la madera de la barrica que lo contenga.

Hay varias clases diferenciadas de whisky:

Y fusionado con canela o con miel.

Sabor del Whisky

El sabor del whisky es rico en matices. Probablemente sea la bebida espirituosa que más estimula el olfato. En general es una bebida de corte cálido, pensada para tomarse sola, con agua u “on the rocks” –solo con hielo-. Eso no quita que sea muy popular su mezcla con refrescos de cola, ginger-ale o Seven Up.

Cócteles / combinados del Whisky

Dentro de la amplísima variedad de cócteles y combinados de whisky que podemos encontrarnos, los que destacamos son:

  • Manhattan
  • Old Fashioned
  • Rob Roy
  • Café Irlandés

Marcas de Whisky

Curiosidades del Whisky

No está muy claro si fueron los chinos o los celtas los que descubrieron el whisky en el siglo XIII, lo que sí se puede garantizar es que en gaélico, el whisky es nombrado “Uisge Beatha” que se traduce como “Agua de vida”. No se nos ocurre una definición mejor ;)

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