Por qué comprar Whisky Glenfiddich Excellence 26 años Estuchado

26 años de cuidadosa maduración en barricas de roble americano ex-bourbon han creado un Whisky que se encuentra en el punto perfecto entre la suavidad y la delicadeza y un sabor impactante, así como entre la dulzura y un fuerte carácter seco, haciéndolo digno de los paladares y olfatos más exigentes.

Notas de cata. Vista, olfato y gusto

De color dorado intenso, la botella tiene una forma realmente peculiar con una base cuya forma se acerca a un triángulo curvado. Dos lados de este triángulo se juntan en un vértice que queda justo en la mitad de la parte frontal de la botella, lo que le da un efecto prominente que la hace destacar respecto a otros diseños. Tanto en la botella como en el estuche los colores morado y dorado crean una mezcla visual elegante e impactante al mismo tiempo.

Su aroma es suave y delicado con un delicioso carácter floral, con flores de primavera, violetas, guisantes dulces y un sutil aroma que te transporta a los frondosos campos verdes.

En el paladar es vibrante con un atrayente equilibrio entre el tanino seco y el suave dulzor de la vainilla de azúcar moreno. Un profundo sabor a roble se va acumulando gradualmente, con toques de especias y regaliz, rematando con un final profundo y complejo.

Cómo degustarlo. Maridaje

Desde Yo Pongo El Hielo recomendamos tomarlo solo, “on the rocks” o, como mucho, con unas gotas de agua, para así disfrutarlo en plenitud.

Un poco de historia sobre Glenfiddich 

Todo comenzó en el verano de 1886, cuando William Grant se dispuso a perseguir su sueño: “crear el mejor trago del valle”. Con la ayuda de su familia, sus 7 hijos y 2 hijas, comenzaron a construir ellos mismos, piedra a piedra, la destilería. Cerca de un año después, tras mucho trabajo duro, la construcción estaba completada. La primera gota de Whisky que salió de sus alambiques fue el día de Navidad de 1887. Grant decidió llamar a la destilería “Glenfiddich” significa Valle del Ciervo en gaélico, haciendo referencia a la zona donde se situaba.

El camino que ha recorrido no ha sido fácil. En la década de 1960 y 1970, mientras muchos de sus competidores eran comprados, consiguieron resistir adaptándose a los nuevos tiempos.

Otro ejemplo fue en 2010, cuando nevadas extremas derrumbaron algunos de los tejados de sus almacenes, exponiendo las preciosas barricas en proceso de maduración al cielo invernal, viéndose obligados a hacer un duro trabajo a -19 grados para salvarlas.

Sin embargo, a día de hoy Glenfiddich se ha convertido en el single malt más vendido del mundo y se ha extendido por todo el globo de una manera espectacular, siendo símbolo de calidad y respeto a sus raíces.