Por qué comprar Vino Tinto Felix Azpilicueta Reserva

Azpilicueta Reserva es elaborado con uvas tempranillo, graciano y mazuelo. Su proceso de elaboración consta de entre 20 o 30 días a una temperatura oscilante entre 28°C y 30°C. Tras lo que afrontará una crianza de al menos 16 meses en barrica de roble francés y americano, durante los cuales se le aporta diferentes tostados con la intención de potenciar los aromas, todo ello previo a 20 meses, también de crianza, en botella.

Elena Adell, como enóloga de la bodega, expresó: “nos hemos propuesto crear un vino que guarde características de la cosecha y de las variedades tradicionales. Así hemos conseguido que Azpilicueta Reserva tenga una marcada personalidad, con un paladar elegante y un cuerpo equilibrado y redondo”.

Hablamos de un vino que ha conseguido varios premios, como, por ejemplo:

• Medalla de Oro en Tempranillos al Mundo 2015
• 91 puntos en la Guía Gourmets 2016.
• Medalla de Oro en los Premios Cinve 2016.
• Medalla de Oro en el Challenge International Du Vin 2016.
• 92 puntos en la Guía Peñín 2018.

Notas de cata. Vista, olfato y gusto

El color de este fantástico vino es un intenso rojo rubí con reflejos teja.

El aroma que desprende posee sutiles toques a vainilla y membrillo.

A su entrada en boca notamos suavidad, sedosidad y persistencia.

Maridaje. Cómo degustarlo

Este vino es el maridaje perfecto para cualquier carne blanca o roja, carne de caza, asado de cordero, cerdo o buey, aves, setas o incluso quesos curados y azules.

Historia del producto

Una de las figuras más relevantes de la historia del vino de Rioja, Félix Azpilcueta Martínez, fundó las Bodegas del Romeral, tras hacerse cargo de un pequeño viñedo en Fuenmayor en el año 1881.

Don Félix, como era conocido por sus vecinos, participó en las primeras exportaciones de vinos de Rioja, hasta conseguir transformar aquella primitiva bodega en una marca conocida y prestigiosa.

El fundador de la marca, Félix Azpilicueta, y su compromiso por ofrecer siempre la mejor versión de su trabajo lo llevó a fusionarse con otras dos bodegas, Las Veras y Bodegas Entrena, con las que formó AGE, y juntos llegaron a convertirse en una de las primeras bodegas de La Rioja.

A finales del siglo XX, las Bodegas AGE pensaron en la elaboración de una gama de vinos que marcara la línea futura de la bodega, fue como Azpilicueta se ha convertido en un referente de los vinos de Rioja, siempre bajo la supervisión técnica de la enóloga Elena Adell.

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