Por qué comprar Whisky Jack Daniel’s Bottled in Bond 100 Proof Estuchado

El riesgo de la salud pública en los consumidores de whisky era muy elevado a finales del siglo XIX. Los propietarios de las tiendas, en su afán por conseguir ganancias económicas, compraban alcohol barato y lo mezclaban con cualquier ingrediente imaginable, bajando la calidad del mismo y poniendo en riesgo la salud de su clientela. Sin embargo, hubo alguien que rechazó esta práctica y apostó por la calidad y la distinción con respecto al resto: Jack Daniel’s. Jack comenzó a embotellar su whisky en sus icónicas botellas cuadradas para diferenciarlo del resto, y siguió un proceso de elaboración que garantizaba la seguridad en el consumo. Poco tiempo después, el Gobierno promulgó la Ley de Embotellamiento en Bonos, que obligaba a hacer el producto en una temporada de destilación, embotellarlo con 50 grados de alcohol (100 proof) , envejecerlo durante al menos cuatro años y mostrar especificaciones de destilación y embotellamiento en la etiqueta. Todo lo que homenajea Jack Daniel’s Bottled in Bond.

Notas de cata. Vista, olfato y gusto

La clásica botella cuadrada de etiqueta negra de la destilería de Tennessee es la encargada de proteger de malas prácticas a Jack Daniel’s Bottled in Bond. De 50 grados de alcohol y 1 litro de capacidad, una vez vertido en una copa se muestra de color ámbar brillante, dejando volar libremente aromas a caramelo con ligeros matices de plátano. Por último, en boca se presenta equilibrado, con toques a caramelo, vainilla y roble tostado, con un final cálido y cremoso.

Cómo degustarlo. Maridaje

En cuanto a la mejor forma de degustarlo, desde Yo pongo el hielo sin duda recomendamos hacerlo sólo, a temperatura ambiente, deleitándose en los matices que van bailando en la boca según se disfruta de Jack Daniel’s Bottled in Bond. Otra opción es refrigerarlo con un par de piezas de hielo, haciéndolo más refrescante y suave en su contacto con el paladar.

La diferencia está en el carbón

Desde sus comienzos Jack Daniel’s se ha distinguido del resto. En primer lugar, partiendo de un creador precoz, de tan sólo 16 años, llamado Jasper Newton “Jack” Daniel, que se apoyó en un maestro destilador afroamericano para dar comienzo a una historia de más de 150 años. Y dentro de esa historia, un elemento es el más diferenciador: el carbón.

El proceso Lincoln County es el nombre con el que se conoce a una mecánica de elaboración de la destilería de Tennessee que consiste en filtrar el whisky en carbón de arce y que aporta a Jack Daniel’s la suavidad que le es tan característica. Un detalle que puede parecer insignificante pero que desde hace más de un siglo mantiene a la destilería estadounidense en la cúspide de los productores de whisky de todo el mundo.

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