Cuando hablamos de licor, hablamos de una bebida alcohólica dulce encuadrada en el grupo de las bebidas destiladas. Este sabor dulce provoca un fuerte contenido alcohólico, por lo que debe ser consumida con precaución.
En cuanto a las clasificaciones de los licores, puede darse siguiendo criterios muy variados, por ejemplo, si la clasificamos según el proceso de destilación, puede ser:
- Simultáneo: cuando los ingredientes son destilados en conjunto.
- Paulatino: cuando, con una base de brandy o coñac se destila y luego se agregan las hierbas o frutas.
Otra clasificación que podemos usar sería según la proporción entre alcohol y azúcar, de esta manera y en el siguiente orden pueden ser:
- Extra secos: hasta el 12% de azúcar.
- Secos: 20/25% de alcohol y 12/20% de azúcar.
- Dulces: 25/30% de alcohol y 22/30% de azúcar.
- Finos: 30/35% de alcohol y 40/60% de azúcar.
- Cremosos: 35/40% de alcohol y 40/60% de azúcar.
Por último, los podemos clasificar según la composición, pudiendo ser:
- Mixtos: si se emplean en su elaboración varias frutas o hierbas diferentes.
- Simples: si son fabricados a raíz de una sola sustancia que la dará el toque característico al licor en cuestión.
Sin embargo, nuestra clasificación va a ser algo distinta, y es que la vamos a hacer en función de los licores más conocidos, de esta manera expondremos las características anteriores divididas en cada uno de los siguientes licores, ¡empecemos!
Qué clases de licores existen
Esta clasificación corresponde al grupo de licores de los que vamos a hablar a continuación, y que responden a la definición de ser una bebida alcohólica obtenida por maceración en aguardiente de hierbas o frutos y, a veces, endulzado con sacarosa, azúcar de uva, mosto o miel.
Crema
La crema es un licor elaborado con crema de leche y las frutas y aromas deseados según el resultado que se quiera obtener por parte de la empresa productora.
Para saborear una de las mejores cremas, sin duda, la mejor opción es Baileys, una mezcla perfecta de crema irlandesa, licores seleccionados y whisky irlandés que se ha convertido en una de las bebidas favoritas alrededor del mundo.
Como alternativa a esta magnífica opción, podemos sugerirte las siguientes:
Licor de hierbas
El licor de hierbas se obtiene de la fermentación de hierbas naturales y un alcohol etílico de buena calidad por un tiempo medio de unas diez semanas.
Suele tener una graduación alcohólica bastante alta y su uso más común es como digestivo tras las comidas.
La primera opción que ofrecemos es el Jagermeister, un licor de hierbas producido en la ciudad alemana de Wolfenbüttel con 56 hierbas, especias, frutas y raíces de todo el mundo.
Alternativas diferentes al mencionado licor de hierbas pueden ser:
Licor de frutas
El licor de frutas es una bebida dulce por su composición de frutas caracterizadas por contener muchos azúcares. Este licor puede ser elaborado con cualquier tipo de fruta.
Este licor suele ser consumido después de comer, a modo de digestivo, aunque también es usado para hacer cócteles por su baja graduación alcohólica que no suele superar los 20°.
Una magnífica opción para probar un estupendo licor de frutas es el Grand Marnier Rojo, un licor afrutado con naranja amarga y elaborado con una base espirituosa de licor de coñac francés.
Además del mencionado licor de frutas, hay otras opciones en el mercado como pueden ser:
Pacharán
El pacharán es un licor obtenido de la maceración de endrinas, el fruto del endrino, en aguardiente anisado. Es un fruto negro y azulado característico de la región de Navarra.
Es consumido como digestivo tras las comidas y, aunque es muy conocida principalmente en España, es un licor reconocido a nivel mundial.
Nuestra primera opción para disfrutar del pacharán es Otaola, un pacharán casero macerado durante seis meses en alcohol anisado hasta que se le añaden las esencias de anís y almíbar.
Además de ésta, existen otras opciones para sabor este tipo de licor:
Licor sin alcohol
Este tipo de licor, el licor sin alcohol, es un licor que pretende tener todo el sabor y el aroma de cualquier tipo de licor con la principal e importante diferencia de no tener nada de alcohol.
Una de las opciones más recomendadas para saborear un licor sin alcohol es la Granadina Tropic Rives sin alcohol, un concentrado de granadina con 0,0% de alcohol y origen en España.
Otras posibles opciones son:
- Destilado sin alcohol Mixes Piña Colada
- Licor de Frutas Maracuyá Tropic Rives sin alcohol
- Licor de Frutas Kiwi Dama de Baza sin alcohol
Otros licores
En el grupo “otros licores”, aunamos el resto de licores que no pertenecen a ninguna de las anteriores opciones, como se ha mencionado en el artículo, existe tanta variedad de licores como ilimitada es la imaginación de cada uno de sus productores, por ello es muy difícil encuadrar cierto tipos de licores que no tiene aparentes similitudes con el resto de ellos.
La mejor y más conocida opción de licor para encuadrar en este grupo es el Licor 43, un licor a base de cítricos y zumos de fruta, con sabor a vainilla y otras hierbas aromáticas y especias, con 43 ingredientes en su elaboración.
Además de esta opción, también podemos mencionar las siguientes:
Historia de los licores
La producción de licores la podemos situar desde la época de Hipócrates, quien mencionaba a los ancianos destilando hierbas y plantas por las propiedades curativas que tenían.
Sin embargo, los licores tal y como los conocemos, lo tenemos que situar en una época algo más reciente que aquella de Hipócrates, y es que en el siglo XIII físicos, alquimistas y monjes comenzaron a prepararlos como remedios medicinales.
Más tarde, en el siglo XIV la peste negra acabó con un tercio de la población y provocó el impulso de estos remedios medicinales, así como el conocimiento sobre la destilación y, con el tiempo, su comercialización.
En el siglo XV son las casas nobles italianas las que continúan con el auge de la producción de licores y, gracias al matrimonio de Catalina de Médici con Enrique II de Francia, los licores llegan al país galo convirtiéndolo en una potencia de dicha industria.
Más recientemente, en los siglos XIX y XX, se hace muy popular el consumo de los licores tras las comidas y, gracias a los avances tecnológicos, surge una gran abanico de licores de colores brillantes no sabores nuevos.
Hoy en día, la amplia gama de licores es tan ilimitada como la imaginación de su productor, ya que se pueden crear infinidad de sabores y aromas con los que producir otro nuevo licor.
Proceso de elaboración
Para la elaboración de los licores se suelen usar tres métodos diferentes, hablamos de la percolación, la maceración y la destilación. En función de la materia prima y del sabor que se desee extraer se usará un método u otro.
Percolación
En la percolación, la base espirituosa se lleva al fondo de un tanque en el que se mete una cesta con la fruta deseada, esta base espirituosa se bombea tantas veces como sea necesario para que la fruta obtenga todo el sabor. Un estilo muy parecido al utilizado por las cafeteras convencionales.
Maceración
En la maceración, las frutas y los aromatizantes son impregnados con la base espirituosa para que obtenga todo el sabor y el aroma que ésta le aporta. Este proceso puede durar meses o incluso años.
Transcurrido ese tiempo, la base espirituosa es condimentada y redestilada, con el fin de obtener un resultado delicado y el deseado por el fabricante.
Destilación
Con el método de la destilación, las hojas, cáscaras, semillas, etc. son ubicadas en un alambique, se cubren con la base espirituosa y se destila para dar un producto de con alta contenido alcohólico.
Hecho esto, el producto resultante es reducido mediante adición de jarabe y ajustado al embotellado y a sus características finales deseadas.
Ahora que ya sabemos todo esto sobre los licores, ¿con cuál nos hacemos para el próximo fin de semana o para la próxima reunión? Decidámoslo desde nuestra web.
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