Un motorista de aspecto cansado se baja de su Harley-Davidson en el polvoriento aparcamiento de tierra de un un solitario motel de carretera al atardecer. Un pañuelo hace las veces de casco. Viste una escueta camiseta negra de algodón y unos vaqueros desgastados por la carretera. Entra al bar, vacío, y se acerca a la barra donde una rubia camarera con aire desganado se abanica con un periódico y le mira con cierto desdén.
– Un chupito de Jack Daniel’s – espeta el motorista.
Y la rubia mujer -más que muchacha- se lo sirve sin mediar palabra, a lo que el motorista responde engullendo el licor de un trago y golpeando la barra con el culo del pequeño vaso tras acabar.
Esta escena, tantas veces mostrada en el cine, se ha repetido hasta la saciedad en los miles de bares, moteles u hoteles que pueblan los márgenes de las larguísimas carreteras estadounidenses. Esto respira América por los cuatro costados. Porque sí, porque cuesta encontrar algo más genuinamente americano en el imaginario colectivo que una preciosa Harley-Dadidson negra y cromada oliendo a gasolina o que un chupito de whisky recién servido de la cuadrada e igualmente negra botella de Jack Daniel’s Tennessee Whisky, con su aroma inconfundible. El auténtico whisky americano.
Cómo se forja una leyenda
Cuenta la historia que fue Nearis Green, un esclavo afroamericano y a su vez maestro destilador, quien enseñó a un jovencísimo Jasper Newton Daniel – descendiente de galeses y más conocido como “Jack”- los secretos de la destilación del agua de vida. Esta es la versión de la leyenda que ha aparecido ahora a la luz, con motivo del 150 aniversario de la marca, ya que hasta ahora la versión “oficial” contaba como un tendero, Dan Call, fue el que enseñó al pequeño Jack a destilar el whisky.
Esclavos, tenderos, blancos y negros, un hombre que se hace a sí mismo… Y whisky, mucho whisky. En la cronología de Jack Daniel’s podemos encontrar muchos de los elementos más tradicionales de la cultura americana.
Cuando Jack abrió su primera destilería en 1866 contaba con tan solo 16 años y difícilmente podía imaginar que estaba poniendo la primera piedra en la construcción del que probablemente sea el whisky más famoso del mundo. Nearis Green, el exclavo negro, junto con sus dos hijos le ayudaron a crear un imperio que dura hasta nuestros días.
Por el camino, revisaron el proceso de filtrado mediante carbón de arce, el llamado charcoal mellowing que es el que diferencia a un Tennessee whisky de un bourbon, dándole su característico aroma y sabor.
Finalmente, Jack Daniel murió en 1911 debido a una infección originada por golpear con el dedo del pie su caja fuerte al no poder abrirla. Sin hijos, cedió la destilería a su sobrino Lem Motlow, quien prosiguió con la imparable expansión de la marca.
Jess Motlow, Lem Tolley, Jess Gamble, Frank Bobo, Jimmy Bedford y finalmente Jeff Arnett, han sido los líderes y maestros destiladores que tomaron el relevo de la dirección de la empresa hasta nuestros días, cogiendo el clásico e inimitable Old nº7 (¿hace referencia este número a los barriles que viajaban marcados con dicho número en el ferrocarril o por el contrario se debe a que fue a la séptima cuando Jack consiguió la vencida?, probablemente nunca lo sabremos con certeza) y consiguiendo que sea la bebida de referencia de muchos “whiskeros” generación tras generación.
Y como no podía ser de otra manera, el whisky americano por antonomasia tiene su base en el 280 de la Carretera de Lynchburg, en plena American Whiskey Trail (La ruta del whiskey americano). Born in the U.S.A.
Cómo se elabora el auténtico agua de vida americano
Para la elaboración de este Tennessee whisky se utilizan 3 cereales principales, cebada, maíz y centeno, junto con agua de altísima pureza extraída de una cueva subterránea de Lynchburg y una levadura especial para la fermentación de la malta y que Jack Daniel’s jura y perjura que no ha cambiado a lo largo de los años.
A continuación se filtra con carbón de arce sacarino fabricado a mano en la propia destilería, donde se queman ingentes cantidades de madera natural para producirlo. Es en este punto cuando el líquido (que todavía no es whisky tal y como lo conocemos) perderá ciertos aceites, lo que aumentará su pureza y le proporcionará ese aroma y sabor especial del Tennessee whisky que lo distinguen de un single malt whisky, de un blended o de un bourbon.
También manual y llevado a cabo en la propia destilería es el proceso de fabricación de los barriles de 37 láminas –siempre siempre tienen que tener ese número- donde la bebida envejecerá varios años, hasta que un maestro destilero decida que está lista para salir. Ni antes ni después de su punto justo. Durante este proceso de envejecimiento y reposado, los barriles irán oscureciéndose a la par que el whisky, y ambos, licor y madera, irán cogiendo el aroma típico de un Jack Daniel’s.
Cuando el maestro destilador decide que ha llegado el momento (unos cuatro o cinco años después de que se introdujera en la barrica) el whisky está preparado para ser embotellado en su preciosa y cuadrada botella negra.
Cabe destacar que además de este filtrado, en el “Gentelman Jack”, uno de los más recientes productos lanzados por la marca, este oro líquido se filtra una vez más después del proceso de envejecimiento. Es el conocido como Lincoln County (Proceso del Condado de Lincoln).
Qué gamas de Jack Daniel’s podemos encontrarnos
Jack Daniel’s Old Nº7
El clásico e inimitable, con el que empezó todo. Con su aroma y sabor únicos se ha convertido en una de las bebidas más famosas y queridas del mundo. El Tennessee whisky por antonomasia.
Jack Daniel’s Birthday Edition 2011
En honor de del 161 aniversario de Jack Daniel se sacó al mercado esta botella conmemorativa, que cambia el envase cubriendo el cristal de la botella con un manto color negro, pese a que lo que encuentras dentro es el Jack Daniel’s Old Nº7.
Jack Daniel’s Honey
Al gran sabor del whisky de Jack Daniel’s se le añade un licor de miel fabricado en la misma destilería. Estupendo solo con hielos o combinado con limón, que da lugar al famoso “Lemonade Jack”.
Jack Daniel’s Master Distiller Nº1
La gama Jack Daniel’s Master Distiller Series nace como homenaje a los 7 maestros destiladores que han llevado a la compañía a la cima de la montaña de los whiskies. Este Nº1 trata de reflejar el carácter del propio Jack, primer maestro destilador y fundador de la empresa.
Jack Daniel’s Master Distiller Nº2
Este segundo producto de la serie hace referencia a Jesse Butler, quien sucedió a Jack Daniel como maestro destilador de la compañía.
Jack Daniel’s Master Distiller Nº3
En esta ocasion Lemuel “Lem” Tolley es el homenajeado. Lem Tolley ocupó el cargo de maestro destilador entre 1941 y 1964.
Jack Daniel’s Sinatra Select
Creado debido a la amistad que unía a “Old Blue Eyes” con la marca (llegaba a tener reservas del whisky en su jet privado, para consumirlas antes de su siguiente actuación), se diferencia del resto de los whiskies debido al añejado durante un tiempo en barriles especiales, los “Sinatra Barrells”. Esto le proporciona un mayor sabor y aroma a madera que al Old Nº7.
Jack Daniel’s Single Barrel
Para muchos la mejor elección dentro de los ya de por sí buenos whiskies de Jack Daniel’s. Se caracteriza por estar elaborado con los barriles escogidos por el maestro destilador debido a su categoría. Cuenta con un aroma, gusto y restrogusto muy por encima de lo que es habitual en los whiskies premium.
Jack Daniel’s Winter Jack
Creado por la destilería para ser consumido en esas frías tardes de invierno, este whisky mezcla lo mejor del Tennessee whisky con todo el gusto de la sidra de manzana, dando lugar a un brebaje suave que se disfruta con facilidad. Se puede tomar solo, aunque es habitual tomarlo caliente con condimentos, tales como naranja (en rodajas) y una ramita de canela.
Jack Daniel’s Tennessee Fire
Al igual que el anterior, este whisky quiere hacernos entrar en calor. Para ello viene con un extra en forma de licor de canela picante, que además de adornar su sabor y hacerlo aún más delicioso, provocará que nuestra garganta coja temperatura momentáneamente y nos permita disfrutar de un retrogusto agradable, muy adecuado para un chupito.
Más allá del producto
El negocio del whisky actualmente mueve cerca de 3.000 millones de dólares solo en Estados Unidos. Jack Daniel’s se lleva una parte importante de ellos. Es tal su importancia que aparece en numerosas obras cinematográficas claramente destacado:
Así, el jefe de Al Pacino en su recordadísima interpretación del cubano Tony Montana en la Scarface de Brian de Palma de 1983 se toma 3 chupitos justo antes de ser asesinado. Inmigrantes, drogas, mafia y whisky. Puntos referenciales para el cine americano.
Unos años antes, en 1978, John Blutarsky (John Belushi) se bebe una botella entera de Jack Daniel’s de un trago en Animal House.
De nuevo Al Pacino, en otra de sus más míticas actuaciones como el retirado y ciego Coronel Frank Slade en Scent of a woman pide un Jack Daniel’s nada más subirse al avión:
Y no contento con ese par de escenas, Al Pacino encontraría refugio en este licor tras un ñargo día de trabajo como policía en Heat (1995).
La aparición de esta marca de whisky en distintas películas es abrumadora, pero es que Jack Daniel’s ha patrocinado distintos eventos deportivos como la NASCAR o la V8 Supercar australiana. Y no son pocos los músicos que han sucumbido a sus encantos, así Fank Sinatra que ya hemos comentado que tuvo su propia versión de Jack Daniel’s en el mercado, fue tan fan de Jack Daniel’s que fue enterrado junto con una botella de este whisky.
Y si nos pasamos al rock (americano o no) más clásico tenemos un buen puñado de estrellas que lo citan como su favorito: Noel Gallagher de Oasis, Slash de Guns N’ Roses, Michael Anthony -bajista de Van Halen- que incluso tiene un bajo con forma de botella de Jack, Ángeles del infierno… Como se puede apreciar, Jack Daniel’s ha calado hondo en el sector: “Cocaina, cigarros y Jack Daniel’s” era el resumen de una buena vida para Gallagher.
Es realmente increíble lo que ha conseguido este Tennessee whisky en apenas 150 años, transmitiendo a varias generaciones los ideales del auténtico whisky americano. Pero si lo tuyo no es el Tennessee whisky sino que prefieres un buen scotch como Johnnie Walker, no te pierdas este artículo donde te enterarás de todos sus productos. Y si aún te has quedado con ganas de más whisky, siempre puedes ver por qué a tu padre le gusta el Glenfiddich. No le discutas que lleva mucho más tiempo que tú disfrutando del agua de vida.
Netambulo dice
Muy interesante y completo el artículo. Buen trabajo de documentación.
Muy bueno también el ‘Jackie’ 😉
Yago Gonzalez dice
Es uno de nuestros productos preferidos, así que había que darle un poco de “mimo” 😉
Muchas gracias por el comentario.
¡Saludos!
Daniel dice
Me ha resultado gratamente enriquecedor. Soy un gran fan de la marca y sus productos, a la par que un modesto coleccionista. Ciertamente, no hay nada como enseñar a otros el placer de degustar este maravilloso caldo, y como su sabor, asciende desde el paladar, recorre suavemente el interior de tu garganta, regalando escalofríos de placer a su paso. La caña oiga.
Yago Gonzalez dice
A nosotros Jack Daniel’s también nos encanta. El Tennessee whisky es algo que siempre recomendamos probar, sobre todo a los amantes del bourbon. El Single Barrel nos parece una obra de arte, así como el Gentelman Jack, ¿y a tí?
¡Saludos!
Marcelino dice
Fantastico. Un apunte más, de quien fue uno de los mejores clientes de la marca Lemmy Kilmister (Motorhead). Cuya relacion con la marca me parece excepcional.
Un saludo.
Yago Gonzalez dice
Añadido queda el apunte, Marcelino. ¡Mil gracias por el aporte!